Las historias de amor no solo unen a dos personas, unen a familias y en casos como esta historia entre Bryn y Amelia unen continentes, países, costumbres y funden razas y crean lazos de amor, de respeto, de multiculturalidad.
Bryn Conan McLeod Jones nació un 26 de marzo de 1994 en Auckland, NZ; y Amelia April Jones un 30 de julio de 1993 en California, USA; y tuvieron que pasar varios años y un baile de graduación del colegio de Bryn para que ambos se conocieran y pudieran salir juntos por primera vez un diciembre de 2011, sin saber que esa cita marcaría por siempre sus destinos.
Entre sus gustos que los unen está sin duda el deporte, ya que ambos han sido excelentes deportistas: Bryn en atletismo, rugby y taekwondo y Amelia en futbol, futsal y baloncesto. A ambos les gusta cocinar y viajar y algo que no se explican es que pese a que no comparten el mismo gusto en cuestión de música a ambos les gusta mucho el cantante Macklemore, tanto que durante su primer año de novios tuvieron la oportunidad de ir a uno de sus conciertos.
Y con tantos gustos en común y con un amor siempre en crecimiento decidieron casarse el pasado 07 de marzo con la suerte de que la pandemia todavía se los permitió y tuvieron invitados de diferentes partes de Nueva Zelanda, Estados Unidos, Australia, Inglaterra, Gales y Escocia quienes disfrutaron de una hermosa fiesta tipo cuento de hadas en Grandview Gardens, Outram, Dunedin. Lugar elegido por ser una finca rústica rodeada de jardines y bosque, ahí mismo se llevó a cabo la ceremonia y la fiesta y entre tonos verdes de la vegetación y azul del cielo, combinados con bellas flores y detalles de madera rústica los invitados disfrutaron un baile con música de salsa que los novios bailaron para que no faltara el sabor latinoamericano, como si fuera la primera preparación para cuando Bryn pueda ir a Costa Rica a conocer a toda la gran familia de la novia.
Le preguntamos a Amelia si su mamá le ha contado cómo son las bodas en Costa Rica y nos contó que por allá generalmente son en una iglesia según la religión de los novios, y que al menos antes, la familia del novio se encargaba de todos los gastos de la fiesta y que se acostumbraba hacerse una despedida a la novia una noche antes del matrimonio, y todas las amigas y las mujeres de la familia se reúnen en casa de la novia para celebrar con ella, después llega el novio con sus amigos a darle una serenata. Para ello todas las luces de la casa de la novia se apagan y las chicas que están adentro se fijan por una ranura de la ventana porque el novio no debe ver a la novia. Las comidas que se ofrecen en la fiesta dependen de la región en donde se celebra y van desde carnes, ensaladas, mariscos y arroces.
amelia respeta y entiende las tradiciones de la misma manera que lo hace bryn
Cuenta Amelia que una de las tradiciones que más le llaman la atención es el primer baile de los novios, pues cuando estos están bailando la gente se les acerca para bailar con ellos y en el momento del baile, la persona que va a bailar le cuelga un billete (dinero) al novio o a la novia, esto es para que los novios se ayuden con los gastos de la luna de miel o con algún proyecto que tengan en mente. Esto desde luego no pasa aquí, pero Amelia respeta y entiende ambas tradiciones de la misma manera que lo hace Bryn quien desea ir pronto a la tierra de los “ticos” para conocer esa y muchas otras tradiciones. Mientras esto sucede sueñan, como cualquier joven pareja, en construir una casa propia en un futuro no muy lejano. Las mamás de ambos sueñan con nietos y la que esto escribe desea que todo lo que deseen se les haga realidad. Además aprovechamos la presente para decirle a Amelia: ¡feliz cumpleaños número 27!
