Nació en Chile hace 32 años y se llama Francisca Gleisner, periodista de profesión y amante del viaje.
Su travesía empezó en 2015 y su primer destino fue Toronto, Canadá, lugar del que, dice, le abrió los ojos y mente a toda una realidad de culturas diversas y experiencias inimaginables. En Toronto, con apenas un inglés muy básico, Fran, como se le conoce afectivamente, hizo todo tipo de trabajos: lavando platos, limpiando hoteles o en negocios de comida rápida. Aunque vivir lejos de su familia fue difícil, al mismo tiempo reconoce que también fue muy enriquecedor.
Fue en 2017 que obtuvo una working holiday visa y vino por primera vez a Nueva Zelanda. El objetivo fue seguir conociendo y explorando el mundo. Estuvo aquí por un año y reconoce que su proceso de adaptación fue menos abrupto, incluso laboralmente, pues luego de hacer un curso de Barista abrió sus posibilidades de empleo en este país.

La experiencia en Nueva Zelanda se convirtió en algo aún más especial pues fue aquí donde conoció a Leah, su actual esposa, y se siente muy contenta porque en este país viven sin temores ni prejuicios. Por eso, uno de sus sueños es poder casarse también en su país, en su propio idioma, con su gente, de manera legal, sueño que no cree que vaya a ser muy lejano aunque sabe que todavía hay social y culturalmente muchas reticencias a los matrimonios del mismo sexo.
De Nueva Zelanda le apasiona su belleza natural inmensa e impresionante, sus playas y paisajes elegidos para ser filmados en aclamados films, por eso es que recomienda que si te gustan los paisajes y la naturaleza entonces Nueva Zelanda es tu destino. Además, Nueva Zelanda le gusta porque tiene una historia rica y fascinante que refleja una mezcla única de cultura maorí y europea. Los maoríes fueron los primeros en llegar a Nueva Zelanda, viajaron desde Hawaiki en canoas hace unos 1000 años.
Le gusta que hoy la cultura maorí sea respetada, valorada y Te Reo Maorí sea la lengua oficial del país junto con inglés. Fran lo expresa sin cortapisas: “cuando veo el inmenso avance en el reconocimiento que tienen hoy los neozelandeses por la cultura ancestral, luego de haber sido por años mirados en menos, abusados y discriminados me da esperanza que en Latinoamérica pase lo mismo con nuestro pueblos originarios, tan marginados y poco escuchados”.
Pero además de toda esta experiencia vital en Nueva Zelanda, Fran Gleisner tiene una experiencia laboral importante como entrenadora personal en el Club Active de Wellington (Freyber Pool y Wellington Regional Aquatic Center), pues desde hace un par de años decidió hacer de su pasión por el fitness una profesión y que ha sido maravilloso para ella.

Me ha abierto las puertas para conocer a mucha gente, cada vez que me encuentro con hispanohablantes se me alegra el corazón de poder compartir con personas que probablemente han vivido experiencias similares a la mía y ayudarles en lo que más pueda.
Por es, como siempre ha sido empática en su trato con sus clientes, tiene toda la disposición de apoyar a los propios miembros de su comunidad hispanohablante que requieran apoyo usando el propio español, para que así se sientan más cómodos. Basta con buscarla en las locaciones mencionados.
Fran no tiene mayores planes para el futuro que poder regresar a Chile para visitar a su familia o que ellos vinieran a verla. Sabe que la pandemia complica las cosas, pero se siente afortunada de estar en un país casi libre de Covid, así que no le deja paso a la tristeza manteniéndose ocupada en lo que le apasiona.